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entado a la luz del ocaso en aquel anciano cerezo que a muchas generaciones ha cobijado y que tantos devenires ha visto recuerdo las leyendas que los ancestros decían a los jóvenes y a mi memoria acude una que habla de tiempos inmemoriales…
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ntes de los tiempos que la historia registra y cuando la misma se pasaba de padres a hijos el día y la noche eran prácticamente uno solo llegando a crear confusión en los seres vivos y mas en aquellos que vivían de los frutos de la tierra… Esto era visto por los grandes sabios que en silencio nos observaban y entre ellos hablaban sobre todo ser viviente y en especial de nosotros. La confusión que en nuestros corazones y mentes reinaba y a los grandes sabios que habitaban en lejanas cuevas. Entre ellos hablaban de cómo a alguno que otro sin importar su raza habían tocado al grado que sus “hermanos” lo llamaron loco y así el tiempo transcurría… El devenir del tiempo pasaba y nada acontecía.
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lego un día, si se le puede decir día a lo que se vivía. En que dos pequeños perdidos en el bosque se acercaron a una cueva habitada por los dos sabios mas ancianos. Seres que habitaban el lugar desde tiempos de antaño y que en silencio escuchaban mas dejaban que el devenir de los seres fuese aquel que ellos quisieran. Llego el momento de reposar y los pequeños confundidos y llenos de temor a la cueva se encaminaron… Recordaron las palabras de los ancianos sobre quienes habitaban en ese paraje y decidieron detenerse en un arroyo cercano… No podían llegar con las manos vacías no era educado el llegar sin un obsequio… Mas los ellos que perdidos estaban no atinaron mas que a tomar abrojos del arroyo arrastrados por la corriente, agradeciendo a la gran madre tierra por su obsequio continuaron hacia la cueva en busca de refugio…
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brazados dentro y temblando de miedo con el burdo obsequio entre sus piernas trataron de conciliar el sueño, mas no podían a cada momento sus pequeñas mentes se llenaban de temor. Entre sueños y vigilia dos rugidos escucharon suaves como el murmullo del agua en el arroyo al correr, pero lo suficientemente sonoros para ponerlos en alerta. Con voz atronadora se les pregunto quiénes eran y que hacían en esa cueva, lejos de todo y de todos… Ellos, con arrojo, dominaron su miedo y solo contestaron dos pequeños perdidos en busca de refugio. Sus nombres escapan a mi memoria pues de esto hace muchas eras… Traemos un obsequio pues sabemos que no se puede llegar con manos vacías.
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esplegaron un torpe atado donde los abrojos habían colocado… Mas abrojos ya no había en su lugar cristales multicolores aparecían. Sorprendidos enmudecieron pues desconocían que acontecía… El mas anciano de los grandes sabios que habitaban la inmensa cueva se acercó y con voz de trino hablo… No teman pues lo que aquí ha pasado tiene una explicación… La reconfortante voz del gran sabio inundo de calma la cueva, sillas y mullidas camas aparecieron y después de sentarse los pequeños escucharon.
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o acontecido esta noche se llama magia y nosotros somos sus guardianes. Pueden llamarnos Dragones y también les haremos un presente pues hemos escuchado el llamado de sus ancestros. Mis regalos, dijo el primero son estos pergaminos en ellos están las pautas para construir caminos y mañana cuando abran sus ojos una de mis bolas de fuego iluminara el cielo y mis alas se desplegaran para ampliar el horizonte el cual deben de caminar. Mis regalos, hablo el segundo sabio, con la voz reconfortante de una madre. Durante los momentos de reposo una fresca brisa los reconfortara, mis alas con plateados destellos los abrigaran y mi cara como un gran disco de plata velara sus sueños… Así hablaron los grandes sabios a los pequeños, que al amanecer siguiente en sus camas se enconrtaron.
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e esto hace muchas eras ya… Y los tiempos de los acontecimientos escapan ya a mi memoria, hablo así de la misma forma en que mi padre me hablo y mi abuelo antes de él… Ahora a la sobra del viejo cerezo, mientras contemplo el plateado espejo que nuestros sueños vela fijo mi mirada en el horizonte y sé que no estamos solos. Las enseñanzas han sido difundidas y mañana en una gran odisea partiré… Que los Dragones guarden y quien mi camino.